En este punto puedes pensar en el diseño de la web. Al no haber invertido demasiado, la página la has creado con una plantilla que hace que existan muchos sitios como el tuyo. Sí, esto es cierto, pero existe algo más grave. Los sitios web económicos te suelen poner varios impedimentos para hacer determinados cambios, crear una web a tu gusto… Es decir, diseñarla de una forma original y única, de manera que no haya otra igual. Pero, esto no será posible si decides elegir lo barato que, como ahora ya sabes, no es para nada lo mejor.

Sin duda todo esto es un grave error y una gran razón de peso para no confiar en sitios web baratos. Si tu web no se diferencia de la competencia, ¿cómo confiarán los clientes en ti? ¿Cuál es la razón por la que te elegirían a ti? Seguro que no eres capaz de responder a estas preguntas y, por eso, no deberías confiar en diseños web económicos. A la larga, cualquier pequeña inversión que hayas hecho te saldrá muy cara.

La tónica de los sitios web baratos es que su rendimiento es muy bajo. La velocidad es nefasta, puede que tengan plantillas hechas en flash, no te permiten trabajar bien el posicionamiento… Todo esto, hará que en lugar de crecer, tu web ni siquiera se estanque, ¡sino que decrezca! Esto tiene gran relación con la escalabilidad. Si no puedes utilizar plugins que enriquezcan tu sitio, no tienes opciones para modificar la web a tu gusto, te es imposible optimizar los recursos y tienes muchos límites, al final, tu página web se convertirá en un quebradero de cabeza.